Ayer nos dejó el gran Constantino Romero, y como dije en twitter, el tiempo ya no será oro, ni Mufasa Mufasa.
Muchos hemos disfrutado del buen cine gracias a su trabajo, que quedará registrado para siempre, como uno de los mejores, si no el mejor de interpretación.
El doblaje de películas, no se hace como muchos integristas defienden porque ciertos jefes de estado no entendían el inglés, sino que se hace con el fin de hacer llegar a un máximo número de personas el nuevo arte del cine.
Entre ellas, podemos contar los analfabetos, las personas mayores que ya no tienen oportunidad ni necesidad de aprender idiomas, y por último, pero no menos importantes, los ciegos.
Nosotros sí podemos aprender idiomas, y de hecho los aprendemos, pero no los podemos aprender todos, y por descontado, no podemos leer los subtítulos que aparecen en la pantalla.
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Reconozco que no habría escrito estas líneas si no fuera por un mensaje de Óscar Belategui @belategui en twitter, que retwiteó Carlos Marañón @futbolycine en Twitter.
"¿Se puede abominar del doblaje y admirar a los actores de doblaje? ¡Sí!"
Esta incoherencia me hizo cruzar una serie de mensajes citando a ambos, a los que mi tocayo no respondió, pero Carlos, siempre amable y gentil me rebatió de forma correcta.
Las conclusiones a las que llegamos, fueron las lógicas: En España no se hablan idiomas, y el cine es una buena forma de aprender idiomas, escuchando las películas en versión original, y leyendo los carteles. Como quiera que los ciegos no podemos, pues, ... bueno, claro, por ahí quizás, ...
Pero, yo defiendo otros puntos contra el integrismo que marca a estos insolidarios:
Con la tecnología actual, se puede disfrutar de una película en condiciones en versión original, con subtítulos o sin ellos, doblada, con audiodescripción, con subtítulos coloreados, ... y que sea el espectador el que decida como quiere verla.
No contento con estas ideas, y viendo que no convencía a Carlos se me ocurrió hacerle una pregunta:
¿Verddaderamente las versiones originales son versiones originales?
Y aquí, ya no hay respuesta cierta. Son originales en cuanto habladas en la lengua en que se rodaron, pero no lo son si miramos que, por ejemplo muchas películas se ruedan en el idioma original de los actores de la misma, y no en el idioma en que la película verdaderamente ocurrió.
¿Cuántas películas bíblicas están grabadas en hebreo o latín?
¿cuantas películas en las que hay enfrentamientos de culturas, los personajes hablan un solo idioma, cuando se sabe a ciencia cierta que entre ellos no se entendían?
¿Cuál es el idioma original, por ejemplo de la película Doctor Zhivago?
El libro fue escrito por un ruso, la producción fue americana, los actores americanos, y el rodaje casi íntegramente en España. Acaso la versión original fue en ruso?
Nombraría muchas más, pero no es el momento ni el lugar. Simplemente quiero con estas líneas, agradecer a esas voces sin rostro en muchos casos, que nos han dicho frases que hemos entendido y nos han hecho disfrutar del cine apesar de los integristas.
Va especialmente por Constantino Romero, causante de que hoy, muchos españoles crean que algunos actores tienen una voz profunda cuando no es así.
Quesada pasiega con Thermomix
Hace 4 años
1 comentario:
Tienes razón, yo que soy un gran defensor de la VO, me olvido a veces de las muchas otras utilidades que tiene el doblaje.
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